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La memoria de la Otra Europa

Revista Vanguardia: Rafael Garcia Serrano (1987)

Revista Vanguardia: Rafael Garcia Serrano (1987)

 

Rescatada del baul de los recuerdos por Pintan Bastos la entrevista que desde Vanguardia se hizo al maestro Rafael Garcia Serrano.

“El exceso universitario actual me parece demagógico, contraproducente. El hecho de considerar una serie de carreras como universitarias, en vez de ser objeto de una escuela especializada, no tiene el menor sentido. Por otra parte se ha perdido no solo la disciplina, si no también la educación, lo que en mis tiempos llamábamos urbanidad; el tuteo entre catedráticos y alumnos, con el que se pretende una especie de camaradería me parece absolutamente falsa. En cuanto al profesorado, no soy quien para juzgarlo, pero no encuentro figuras equivalentes a las que nosotros tuvimos: Ortega, Unamuno…”

“No cabe duda acerca de las similitudes entre Falange y otros movimientos surgidos en Europa a partir de los años 20. Hay una coincidencia en el tiempo, y una coincidencia en una idea que se produce simultáneamente en varios países: es la idea de nacionalizar la izquierda. Mussolini es un socialista que se afirma en lo nacional. Hitler es un nacionalista que se “socializa”. La Falange surge en este periodo y toma de ellos algunos símbolos. El fascismo estaba en el aire, todos los movimientos nacionales nacieron un poco en función de el por ser el primero.”

“En cada época hay unos signos determinados. Entonces la fe católica era fundamental en los partidos políticos de derecha. Sin ser católico no se podía ser de “derechas”. La falange fue el primer partido no de izquierdas que afirmó la necesidad de la separación entre iglesia y estado. Nos llamaron paganos.”

“La Falange actual, con el mayor de mis respetos para sus dirigentes actuales, es un movimiento que no tiene la atracción que tuvo la llamada que en el 33 hizo José Antonio a la juventud de su época. Es un movimiento desgastado por los años, del que mucha gente no conoce ni siquiera sus principios primarios, siendo confundidos con otras cosas.”

“Aquella España era más hirsuta que esta, menos acostumbrada a comer, y eso quizás provocase una irritabilidad más a flor de piel que hacia que los problemas se sustanciasen más fácilmente a golpes que hoy.”

“Franco ni era falangista ni lo fue nunca. Yo creo incluso que el nacional-sindicalismo no le sonaba demasiado bien en los oídos; él estaba acostumbrado a otro tipo de melodías más antiguas.”

“No he conocido una España sin censura. Ahora es mucho más sutil. Cuando algo no interesa, el sistema lo silencia.”

Declaraciones aparecidas en la entrevista realizada a Rafael García Serrano en el Nº4 de la revista VANGUARDIA, 1987

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