Nuestros orígenes: Ruiz de Alda en el Cine Madrid
El 29 de octubre, en el teatro de la Comedia, empecé diciendo que España no tenía más que dos caminos: volver a tener la decisión de imperar o morir depauperada y desgarrada. Hoy vuelvo a repetir la misma afirmación: imperar o languidecer. No puede ser de otro modo.
Cuando se hizo la unidad de España, nació el Imperio. La unidad fué la reunión de todo el potencial vital, varonil y volitivo que tenían los pueblos españoles de la Edad Media, los cuales sentían una identidad espiritual, y una misma decisión de dominio. Tan verdad es que esta es la medula del ser de España, y que esta medula es el superar al mundo en todas las luchas universales, que en todo España se siente lo mismo, se vibra al mismo tiempo cuando uno de estos hechos se produce.
Al llegar nosotros a Buenos Aires en el "Plus Ultra" cumplíamos una misión de la que no nos dimos cuenta antes de empezar el raid. ¿Sabéis cuál fué nuestra principal misión? En la América española viven, luchan y trabajan cinco millones de compatriotas rodeados de un ambiente hostil. Cuando nosotros llegamos a Buenos Aires esos hombres se sintieron orgullosos de ser "gallegos", nombre despectivo que les dan los argentinos; se sintieron orgullosos de ser españoles y fueron felices durante muchos días. Tan españoles eran los del Casal Català, como los del Centro Andaluz, como los del Lar Gallego, como los del Euzko-Echea vasco, y entonces eran españoles, hasta nuestros hermanos, los argentinos y los uruguayos, los hispanoamericanos todos.
Tan cierto es que la medula de España es el proyectarse hacia fuera, que el domingo pasado en el "stadium" de Colonia estoy seguro de que había nacionalistas vascos y separatistas catalanes llorando de alegría al ver triunfar a ¡España!
El Estado Español, la colectividad española ha abandonado esta verdad hace muchos siglos. Desde que España admitió esa puñalada en el corazón, esa puñalada que tenemos que recordar todos los días todos los españoles, que es el hecho de ser Gibraltar inglés; desde ese momento, España está languideciendo. Eso representa que había ya algo podrido, algo exhausto, o, lo que es peor, que traidoramente se posponía la nación a una dinastía, porque fijaos en que Gibraltar dejó de ser español en una época en que España era aún Imperio.
Esa amputación fué legitimada por un tratado, y desde ese momento, España, que había conquistado mundos, que había creado nuevos pueblos, empezaba a declinar. España, en vez de imperar en esos pueblos, quiso comerciar y aquellas colonias se han perdido. Desde entonces, España no es una nación independiente; desde entonces está mediatizada por las grandes potencias europeas; desde se momento comienza la mediatización tenaz, constante, continua de nuestro pueblo y cuando desde cualquier parte de España se intentaba un atisbo de rebeldía, de renacimiento, esos poderes extraños lo frustraban desde su país. Y por si fuera poco han venido a carcomernos todas las internacionales, las rojas, las negras y las blancas, y pensad en que siempre, detrás de una Internacional hay un deseo de imperio, bien real o bien en potencia.
Así llegamos a la situación en que estaba España en el momento de salir Falange Española a la luz. Había un casero Estado, que por ser casero estaba fracasado. No tenía ninguna misión grande que cumplir y las misiones pequeñas tampoco las cumplía. Una colectividad nacional que, por no tener un ideal común, tomaba siempre el camino fácil, pero también el camino mezquino, pequeño. España estaba sin esas clases directoras, que son las que en el mundo dan continuidad a la política de los Estados, clases directoras que son el puntal del Imperio Inglés, las que han sostenido a Francia, Alemania y que hoy están creando Rusia e Italia. Y así sucede el siguiente hecho, en el que debéis fijar mucho la atención, porque es fundamental y revela lo que es la vida española. En Europa, las muchedumbres, las masas viven hoy acuciadas por grandes ideales, por grandes fines. Siguen trabajando y produciendo porque están disciplinadas y porque tienen fe en sus clases directoras. En cambio, en España perdemos todos la mitad del tiempo y de nuestros días en pequeñas luchas internas, vivimos preocupados por cuestiones políticas y de escaso relieve; y ello permite hacer una comparación, cual es que Europa puede representar, en la actualidad, organización y trabajo, y España discusión y anarquía. Y si se ve el panorama político de nuestro país, vemos que parece que la unidad está hecha otra vez con fines económicos. Aquí todas las clases y regiones luchan por cuestiones de arancel y por cuestiones de producción, y yo que no creo en la interpretación materialista de la Historia y que me acuerdo cómo se perdieron las Colonias, estoy completamente seguro de que si España siguiese por este camino acabaría desgarrada.
En Cataluña y en las Vascongadas el virus antiespañol está en marcha ; si continuamos así las secundarán Galicia y Valencia y, es tristemente fatal, estad absolutamente ciertos de que si no fuese por nosotros y por lo que voy a decir, España hubiera quedado hecha jirones. Primo de Rivera presintió ya esta verdad, y solamente voy a remarcar un hecho: él trajo optimismo, fe en España y alegría, pues aunque fracasó políticamente fué el primer gobernante español que, después de cuatrocientos años, había conquistado una nueva tierra para España. Fue el que puso la primera piedra en el futuro Imperio Español.
El movimiento del 14 de abril no cabe duda que trajo una esperanza a todos los españoles, porque vieron un porvenir más abierto, pero el 14 de abril y lo que ha seguido, ha fracasado rotundamente, porque han intervenido todos los valores internacionales, todas las influencias disgregadoras. Yo os digo que podéis olvidaros de Asturias, pero tened siempre clavada en vuestro corazón esta fecha: la de la noche del 6 al 7 de octubre último en Barcelona. Esa trágica noche, que no nos damos cuenta aún de lo trascendental que ha podido ser para nosotros, es la que ha compendiado todos los crímenes que se han cometido en nuestra Patria en estos últimos años.
Pues bien, contra esta mediocridad, contra esta desesperanza, salió Falange Española a la luz. Por eso desde el primer momento hemos dicho que somos rebeldes y revolucionarios, pues nosotros no podemos concebir que España desaparezca porque unos señores voten una cosa o puedan votar otra; por eso desde le primer momento hemos pedido sólo hombres y soldados. Y fijaos ahora en la grandiosidad de nuestra obra: esos hombres y esos soldados sois vosotros; sois todos los que estáis desparramados por las tierras de España, sintiendo y vibrando con nosotros en este momento. Y esta asistencia significa que España tiene alguien que lucha, que combate y que muere por ella. Hoy existen ya unas masas, una colectividad alegre, optimista y con amor, decidida a reconquistar y rehacer nuestra España. Todos los políticos dicen que se necesita un ideal (inter)nacional para unir a los españoles y yo afirmo, camaradas, que ese ideal existe, que ese ideal está en el haz y en el yugo y en los compañeros muertos. ¿sabéis por qué han muerto esos hombres? Por ser de Falange Española, por ser integralmente españoles, ideal que encarnan ellos, y ese ideal es nuestra decisión de rehacer y recobrar España.
Podemos ser hoy optimistas porque estamos seguros de que España vuelve a ser inmortal, porque no es posible que los laico-esquerristas se lleven un jirón de España y los católicos vascos otro jirón; y vuelve España a ser inmortal porque aunque todos, coligados, nos derrotasen, nuestra sangre y nuestro espíritu harían que nuetros hijos y nuestros nietos volviesen a hacer la España que todos queremos.
Fuente: Obras completas de Ruiz de Alda
Libro: "Escritos y discursos" Ediciones nueva república
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