Sombras de muerte sobre el agua
Soldados que descarnan sus almas
Hasta la última gota de sangre.
Imperio del sol y de la luna
Estallando al sur del arco iris
Oigo tu sonido
Acudo a tu llamado
Tallo en los hielos el rostro del vacío
Perfora la luna mis entrañas
Puedo entrever el nacimiento
De las voces arcaicas del dolor.
El águila quieta te saluda
Desde el fondo negro de la historia.
Estepas de nieve
Llanuras de sal sobre tu herida
Algún día estaré contigo
Carnadura solar de mi simiente
Imperio del galope, oscuridad del signo
Estoy junto a ti
Sellando el vuelo del hombre blanco y su misterio
Buscando la cueva sin sonido
Donde la elipse llega a su final
Generando sin culpas el fuego del principio
Páramo de voces
Lucha de pájaros heridos
Acudo a tu presencia
Te invoco nuevamente
Atravieso el espesor de la moneda
Sin valor, con el acero afilado de tus huesos
Imperio, guarida, proyecto del ocaso
Del arca, de la miel y del veneno.
Te espero al Sur del Sur, en la frontera
De nuestro símbolo.
Aguardo el tambor, la marcha, la memoria
La roca hostil y el bronce opaco,
El último avatar del alarido
El eco rector, la cordillera.
Imperio del silencio, de barcos encallados
En los interminables fiordos congelados.
Voy en tu ayuda
Por el costado del mundo que me mira
Sin aceptar la esclavitud de la espera.
Voy, muerto de morir desde el principio
Cansado de correr, consustanciado
Con los guías del imperio impenetrable.
No hay nada más que decir
Se ha roto el arco y la cuerda
Y la flecha viaja sola buscando su objetivo
Como la estrella muerta que proyecta su luz
Sobre la faz de mundos que le son ajenos.
Palabra de fuego
Me arrodillo ante tus dioses vencidos
Elevo mi recuerdo hasta tus luces
Apagadas como llamas después de la batalla
Ocultando el rictus como el César
Galopando sobre pechos perforados
Como quien descubre la brisa matutina.
Agradezco la visión de tu estandarte
Imperio del viento, del agua, del latido
Te imploro que vuelvas
Ascético y gentil como un santo
Terrible y cruel como el líder
De una manada de lobos.
Te extraño
Quiero tu vida,
La reconstrucción de tu final y tu principio
Tu inmolación
Tu caída
El nuevo rechazo de la rendición inútil
Déjame morir en tu búnker de diamante
Sin aristas oscuras
Déjame cegarme, con el reflejo de tu pura energía
Permíteme entrever el bosque sombrío
Donde yacen las almas de todos tus guerreros
Imperio de caballos
Erguidos de sudor y de galope.
Falange de nubes bendecidas por tu jefe
Discúlpame con la victoria
Ve, y dile que más no pude dar
Y pese a eso, he infringido algún dolor al enemigo
Dile también, que no hay juicio para mí
Mi espíritu pagano solo espera un camarada
Para brindar junto al fuego
La noche del solsticio de verano
Volar hecho ceniza
Y dispersarme en las corrientes del deshielo
alimentar el roble, nutrirlo
Y ser luego el navío que transporte
A la nueva falange y al escudo.
Recibir el sol hecho madera
Guardar el secreto del amante
El odio del cuchillo
La empuñadura vibrante de la espada.
Ir a buscar al enemigo
Ardiendo de venganza en el galope
Golpear el timbal que nos convoque
Y el vino y el rocío que nos una
Nuevamente.
Imperio del sabor
Rubio de tu piel
A tus pies dejo mi osamenta envejecida
Y a los pies de los lugares donde hemos resistido.
Botellas de diamante
Viajan por el cosmos, como por un mar oscuro
Con su mensaje
Deshaciendo tinieblas para encontrar su destino
De almas ardiendo.
En el barro de la costa
Caminará eternamente mi fantasma
Humilde sacerdote del reino de mi gente
Prendiendo jazmines en los jardines oscuros
Flotando en las duras humedades del sudeste.
Sitiaré la capital con mi aliento de nube
Despertarán sus habitantes con la sangre en los tobillos
Les costará entonces
Conservar la sonrisa del burgués
Ya no les servirá
la protección de sus máquinas infernales.
Golpes del amanecer
Aclararán el agua
Las almas atravesarán los ojos
Que se atrevan a mirarlas.
Será una victoria
Quizás no definitiva, pero suficiente
Para que nuestros hijos ejerzan
Su dominio solar.
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