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La memoria de la Otra Europa

En la red: 70º aniversario de la División azul ¿Una división solo anticomunista? el blog de Jorge Alvarez

En la red: 70º aniversario de la División azul  ¿Una división solo anticomunista? el blog de Jorge Alvarez
Con ocasión del septuagésimo aniversario de la creación de la famosa División Azul, la emblemática unidad española que sirvió en el Frente del Este durante parte de la Segunda Guerra Mundial ha adquirido un protagonismo notable. Si bien es cierto que la División Azul siempre ha concitado una gran interés entre historiadores e intelectuales que se ha visto ampliamente reflejado en la gran acogida que tienen entre el público los artículos, libros y documentales que tratan sobre ella, en las últimas semanas esta atención se ha incrementado de forma evidente. Casi todos los medios de comunicación españoles han dedicado espacios a recordar a la División Azul, a relatar sus hechos de armas, a explicar qué significó desde un punto de vista político y diplomático, etc. También ha habido mesas redondas y conferencias organizadas por diferentes instituciones (destacando especialmente las que está convocando la Universidad San Pablo CEU). Y también han aparecido nuevos libros que abordan aspectos generales o parciales sobre la División Azul y desde diferentes posicionamientos ideológicos.
Con motivo del aniversario también ha reaparecido una polémica bastante antigua pero que ahora ha cobrado mayor intensidad. Me refiero al debate acerca de si la División Azul fue una unidad ideológicamente comprometida con la causa del Eje a nivel general, es decir, si sus integrantes se identificaban globalmente con los objetivos de Alemania en la guerra, o si la División Azul fue sólo una unidad exclusivamente anticomunista y que más allá de este aspecto, no tenía más coincidencias con la causa de la Alemania nacional-socialista.
Una gran parte de la responsabilidad del actual enconamiento de este viejo debate la tiene el escritor izquierdista Jorge Martínez Reverte que acaba de publicar un repugnante libro (por llamarlo de alguna forma) sobre la División Azul. El autor de este bodrio realmente no inventa nada, se limita a reactivar una estrategia de desprestigio de la División Azul muy manida; identificarla con los crímenes de la Alemania nazi. Esta línea de ataque ha sido empleada con profusión por los izquierdistas, pero no exclusivamente. Podemos recordar que hace ahora exactamente 15 años, en Julio de 1996, el ultra neocon Federico Jiménez Losantos, cuando escribía en el diario ABC, también la utilizó al acusar a los voluntarios españoles de “la ignominia moral  que supone compartir trinchera con los fogoneros de los campos de concentración”.[1]
El problema surge cuando desde las filas de los defensores de la División Azul se responde a este tipo de ataques tan burdos con argumentos equivocados y en muchos casos tendenciosos. He podido acceder a bastantes artículos en los que gente que conoce bien la Historia de la División Azul y que simpatiza abiertamente con ella ha dado respuesta a los ataques de Martínez Reverte. Y, francamente, casi todos, a pesar de la supuesta buena voluntad de sus autores, me parecen bastante desafortunados.
La línea argumental de estas respuestas suele coincidir en lo básico y se puede resumir como sigue: resulta falaz identificar a la División Azul con los crímenes de las tropas alemanas en el Frente del Este y acusarla de participar en acciones contra los judíos de la misma forma que es falsa la afirmación de que los divisionarios simpatizaban con la causa nazi y que compartían los objetivos bélicos globales de los alemanes. Y, según esta línea, la División Azul era únicamente una unidad anticomunista y por lo tanto no compartía con Alemania ningún otro objetivo a parte de la destrucción del bolchevismo.
Este tipo de argumentos, supuestamente bienintencionados, crean algunos problemas. En primer lugar, porque no se ajustan a la realidad y además porque, a mi juicio, perjudican más que benefician a la imagen de los voluntarios españoles que combatieron junto con los alemanes en la Rusia comunista.
La realidad incuestionable es que el espíritu común que anidaba en los voluntarios de la División Azul no era meramente anticomunista. Flaco favor hacemos a unos jóvenes que en su inmensa mayoría eran revolucionarios, idealistas, audaces y partidarios de una regeneración de España y de Europa que sólo podía venir de la mano de los movimientos fascistas, si para defenderlos de los ataques de sus enemigos los convertimos en vulgares anticomunistas, en una especie de reaccionarios sin ideas positivas ni proyectos generosos de reconstrucción, en individuos mediocres que sólo percibían el peligro bolchevique y no veían en la plutocracia anglosajona amenaza alguna para la civilización.
Particularmente triste me pareció comprobar que hasta el magnífico y meritorio boletín “Blau División”, editado meritoriamente por los amigos y camaradas de la Hermandad de la División Azul de Alicante, se apuntaba a esta línea argumental en un artículo aparecido en el último número correspondiente a Julio-Agosto. Con motivo de una nota necrológica aparecida en la revista “Tierra, Mar y Aire” en la que se hablaba de la División Azul como “el cuerpo de voluntarios que Franco envió para ayudar a Alemania en el Frente ruso”, el redactor de “Blau División” se mete en un penoso charco. Extraigo algunas frases:
“… si de lo que se hubiera tratado era de “ayudar a Alemania”, se podían haber enviado voluntarios a cualquiera de las campañas que llevó a cabo la Wehrmacht. Pero solo hubo voluntarios españoles para la campaña CONTRA EL COMUNISMO. La frase que aparecía en Tierra, Mar y Aire era en realidad PROFUNDAMENTE DESAFORTUNADA, pues daba a entender que los divisionarios eran algo así como germanófilos. Ya se ve, hay que tener el mayor cuidado con las palabras, pues a veces pueden transmitir contenidos totalmente falsos bajo una apariencia anodina.”
“Sin embargo, como se comentaba más arriba, hay que extremar el cuidado con las expresiones que se usan, y el que decenas de miles de españoles lucharan en el Frente Ruso NO SE DEBIÓ A NINGÚN AFÁN DE AYUDAR A ALEMANIA, SINO AL DESEO DE LIBRAR A EUROPA DEL COMUNISMO.”
Pues, amigo del Blau, vamos precisamente a hablar de “palabras y expresiones” y vamos a repasar las que los divisionarios dejaron escritas en 1941 y 1942. Afortunadamente, los propios voluntarios nos legaron un valiosísimo documento que refleja de forma incontestable el sentir colectivo de la División Azul. Me refiero a la Hoja de Campaña, que ellos editaban primero en Grigorovo y más tarde en Riga. ¿Qué escribían los voluntarios españoles en el único medio de comunicación que expresaba de forma genuina sus motivaciones y sus anhelos? Ejemplos:
El 13 de Diciembre de 1941 con motivo de la entrada en guerra de los Estados Unidos, en la portada del número 8 de la Hoja de Campaña se podía leer:
“El gueto, al fin, se salió con la suya. Roosevelt – el hombre del mandil – pudo por fin sentirse satisfecho. Ya todo el planeta es campo de batalla.”
En el número 12, del 18 de Enero de 1942:
“Nosotros luchamos como soldados de Hitler por una Europa “más justa”. Esa justicia reclama que se nos devuelva lo nuestro: Gibraltar.”
En el número 17 del 2 de Marzo del mismo año:
“Cuando a raíz de nuestra guerra, las jóvenes revoluciones europeas, Alemania e Italia, se pusieron resueltamente junto a la España falangista, sintió nuestra Juventud reafirmado su entronque con el momento histórico del mundo.”
“España, dentro del marco de la Falange, única capaz de sentir plenamente este momento histórico, se considera encuadrada en la vanguardia de la Revolución Europea.”
“En esta lucha titánica nuestro principal enemigo es el mundo anglosajón, es el dólar…”
“No queremos ver limitada nuestra misión a luchar contra el comunismo: queremos también demostrar nuestra solidaridad con la Alemania Nacional-Socialista de Adolfo Hitler. Si fuera conveniente, la División Azul estaría junto a sus camaradas alemanes en cualquier otro frente de batalla, como ya lo está su espíritu falangista.”
En el número 22, del 6 de Abril podemos leer lo que sigue:
“España, esto lo afirmamos rotundamente los hombres de la División Azul, se encuentra geográfica, histórica y políticamente en guerra con Inglaterra.”
Número 24, del 20 de Abril de 1942.
“El problema planteado a Inglaterra y América por los brillantes éxitos de los submarinos alemanes diariamente repetidos en la costa de los Estados Unidos ha hecho irremediable la amarga confesión del ministro de la marina yanqui. El soberbio desdén con que los plutócratas de las democracias pensaban perpetrar el dolor y sudor de los pueblos jóvenes y trabajadores en provecho de su grosero egoísmo materialista ha venido empeñándose constantemente en deshacer la verdad contundente de los hechos por medio de propagandas…”
En el número 32 del 24 de Junio:
“Nuestra presencia en el Frente del Este, no es solamente una justificación de nuestra posición ante esta lucha en que se juega el destino de Europa y su civilización. ¡Queremos que sea más amplia esta intervención y que se extienda a todos los frentes donde tenemos poderosas razones históricas que defender.”
Como bien se puede apreciar, la identificación de los divisionarios con la causa de Alemania era total. Y si no luchaban contra las democracias anglosajonas en otros frentes no era porque no quisieran, sino porque Franco no se lo permitía. La Hoja de Campaña está además, repleta de noticias que exaltan constantemente las victorias alemanas y japonesas contra los británicos y los norteamericanos. En la práctica totalidad de los números existen llamamientos a tomar por la fuerza Gibraltar, lo que obviamente hubiese supuesto entrar oficialmente en la guerra contra todas las potencias aliadas. Y el tratamiento que reciben Churchill y Roosevelt tanto en los artículos como en las tiras cómicas no deja lugar a dudas de que los guripas entendían como suya la guerra de Alemania e Italia contra los anglosajones.
Creo que además resulta más que evidente que los españoles que marcharon a Rusia con la División Azul sentían que formaban parte de una vanguardia europea que habría de forjar un Nuevo Orden bajo los  principios ideológicos de una Revolución de corte fascista. Por supuesto que eran germanófilos, por supuesto que fueron a Rusia a ayudar a Alemania y por supuesto que lucharon por algo más grande que la causa anticomunista. Y decir lo contrario es faltar a la verdad. Lo diga quien lo diga.
 
Fuente: Blog de Jorge Alvarez (de obligada lectura)

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