Hess: Algunos no te hemos olvidado
El 17 de Agosto de 1987, hace ahora 23 años, muere estrangulado por sus carceleros en la cárcel de Spandau (Berlín) Rudolf Hess, condenado en 1946 por los vencedores de la II Guerra Mundial a permanecer en esta prisión de por vida. Hemos sido muchos los que dedicamos una parte importante de nuestra juventud a participar en las incesantes campañas por la libertad de Hess organizadas -en España- desde Cedade y desde la Hermandad Pro-libertad de Rudolf Hess, jóvenes que aun militando en otros grupos nos comprometimos en denunciar una aberración histórica y jurídica y una crueldad inhumana que pocos querían ver. En una época como la actual en la que no existen los héroes y se han denostado hasta el infinito los valores del sacrificio, de la lealtad y del honor, se hace necesario resaltar lo que Hess ha representado y representa para los militantes europeos y para las nuevas generaciones: la Fidelidad. Durante décadas, habían sido incesantes las campañas en pro de la liberación de Hess en todo el mundo. Grandes personalidades del ámbito de la política y de la intelectualidad, en absoluto sospechosas de simpatías hacia el nazismo, pidieron el cese del trato inhumano e indigno del que era víctima Hess. Curiosamente ninguna de estas peticiones vino nunca de Amnistía Internacional ni de las distintas Iglesias (católicas o protestantes), ocupados en otros menesteres menos incómodos y seguramente mucho más gratificantes y más rentables. Recogidas de firmas, miles de carteles, adhesivos, conferencias, encadenamientos, cartas a la prensa…constituyeron básicamente las campañas realizadas a favor de la liberación de Hess a lo largo de los años, pero lo que personalmente más intensamente se me viene a la memoria de aquellos tiempos fue la edición, con unos cuantos años de anticipación, del gran cartelón-esquela anunciando su muerte. Efectivamente, todos sabíamos que desgraciadamente y a la postre, Hess acabaría muriendo en prisión y que como ese hecho era ineludible, lo mejor era estar preparados para ello. Con tal motivo Cedade editó un gran cartel con formato de esquela en la que, bajo el águila nacional-socialista, rezaba simplemente con grandes letras la frase: “HA MUERTO RUDOLF HESS. Ahora ya es libre”. Estos carteles fueron distribuidos oportunamente por toda España, incluso alcanzaron gran difusión por muchos otros países, y fueron pasando de unos camaradas a otros custodiándolos como si del legado de un tesoro se tratase, con una única consigna: empapelar las ciudades cuando se anunciase la muerte de Hess. Y damos fe que así se hizo.
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