Alfonso Fernández del Rey ¡¡Presente!!
Hoy me he alejado un poco mas de la infancia, de aquellos veranos a mediados de los 80 en los que con apenas 11 años aprendí a saludar a la romana ante la mirada severa de Tito.
Allí conocí a los primeros divisionarios, todos de la capital; bajo las lonas aprendí a entonar marchas y canciones que todavía hoy recuerdo y tarareo aunque (por desgracia) sin la misma convicción que antaño. A los vallisoletanos del "Circulo Juvenil español"; a los madrileños de la centuria "José Tudela Balillas"; a querer a España, a soñar con echarme al monte, a luchar por la Revolución Nacional; a ser buena persona y a ser mala (según como, cuando y donde), a ser mas "paisano", a aceptar los castigos (frente al mástil) brazo en alto cuando se hacían las cosas mal y a recibir también brazo en alto el yugo y las flechas rojas como premio cuando se hacían bien.
Allí me acostumbré a las guardias nocturnas y a los servicios de cocina, a obedecer y a servir, a meter la pata y a saber que no siempre se puede arreglar las cosas cuando se hacen mal.
Hoy he mirado al cielo y he rezado... es de noche son las dos de la madrugada y solo pido a los Dioses que le hagan un sitio a Tito, porque dificilmente encontraran a mejor persona como compañía.
Hoy, 24 de Julio, nuestro camarada Alfonso Fernández del Rey, más conocido por todos como Tito, ha fallecido tras una larga enfermedad.
Tito ocupó distintos cargos en nuestra organización, pero ante todo le recordaremos por todos esos largos años al cargo del Campamento Nacional Juvenil Loma Riviellas.
Para algunos de nosotros, ese campamento sirvió para conocer nuevos camaradas, dar nuestros primeros pasos en el mundo nacional-sindicalista o incluso afianzar nuestra camaradería. Tito, todo esto no hubiese sido posible gracias a ti. Muchas gracias Tito por tu vida de oficio y sacrificio al servicio del nacional sindicalismo y por mantener, hasta una cacicada, el último campamento falangista.
Justo hoy, se realizaba un pequeño homenaje a Tito en la Playa de la Concha de Artedo (próxima al campamento) y en el que La Falange le iba a imponer a Tito “La Palma de Plata” de La Falange que se le había concedido en los últimos días. Casualmente, en el momento que llegaba nuestro representante al homenaje, éramos informado que Tito acababa de fallecer.
Adjuntamos a continuación unas palabras de nuestro camarada Francisco Díaz de Otazú junto a la carta de cinco camaradas significativos que habían escrito unas palabras para Tito en el día de hoy, coincidiendo con el homenaje que se le iba a hacer.
Alfonso Fernández del Rey ¡¡PRESENTE!!
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24 de julio, víspera de Santiago y aniversario de la muerte de Onésimo. Un pequeño grupo de “veteranos” del Campamento de Cudillero, en Asturias, desaparecido físicamente como consecuencia de la Ley de Costas, que no por la falta de espíritu, quisimos hacer un encuentro de homenaje a su jefe, Alfonso Fernández del Rey (Tito). Homenaje apresurado por que un cáncer avanzado no permitía dilación. Se trataba de una comida en un restaurante de la playa contigua a la antigua instalación de lona, hoy su aparcamiento.
Una docena, ante la improbable presencia de Tito, contando con que su hijo le llevaría noticia de algún modo. Me atreví a pedir una carta de adhesión a cinco camaradas , uno por cada flecha o por cada rosa, vinculados al campamento y a la vez representativos por su significación del falangismo contemporáneo. Más, sería prolijo, quedando claro que “no están todos los que son”, pero lo que es seguro es que sí “son todos los que están”.
Algunas de las claves o guiños no se captarán por el lector que no haya pasado por “el santuario”, que, para ese lector profano, fue un poco el intento imperfecto y humilde de continuidad del Frente de Juventudes en los 30 años que siguen a 1978. Tito fue un poco el padre de sucesivas hornadas de jóvenes, de diversa trayectoria pero los más con la impronta de ese humilde y titánico esfuerzo.
Ni nuestro número, ni el tono de la reunión pretendían mayor solemnidad. Al acabar la lectura de las cinco cartas, por rotación entre cinco voces, el representante de La Falange, Jorge García, leyó el diploma por el que su Junta otorgaba la Palma de Plata a Tito. Se adjuntaba dicha alta distinción que tendré el honor de entregar a su hijo. Nunca otra llevó el coincidente refrendo de tres sucesivos jefes nacionales.
Tito no la verá en vida, por que justo en ese momento, por una paradoja de la Providencia, tomó su sitio,-el cristiano lo cree, el falangista, lo sabe-, en esa formación que las almas de los mejores tienen sobre los luceros.
Alfonso Fdez. del Rey: ¡Presente!
Francisco Díaz de Otazu
Siento mucho no poder asistir al homenaje que habéis organizado en homenaje a nuestro buen camarada Tito. Coincide que ese mismo día celebramos el 94 aniversario de mi madre y nos reunimos toda la familia, que viene expresamente desde Barcelona, donde viven.
En cuanto a Tito hazle llegar mi mas profundo reconocimiento y gratitud, por todo lo que ha hecho a lo largo de su vida por que el Nacional-Sindicalismo se consolidará en algo que pudieran asumir los jóvenes de hoy. Desde el Campamento Lomas Riviellas y a lo largo de muchísimos años Tito ha trasmitido a las nuevas generaciones falangistas que han pasado por allí, todos aquellos valores patrios, de disciplina, abnegación y servicio de que tan carentes se encuentra hoy la Sociedad española.
Tito ha sembrado con su ejemplo de sacrificio y dedicación la semilla del Nacional-Sindicalismo en este rincón de España, esa Asturias que gracias a la existencia de ese Campamento, siempre llevaremos en nuestro corazón todos los que hemos tenido la enorme suerte de pasar por allí.
Sencillamente ………….TITO….. MUCHAS GRACIAS POR TODO
Un fuerte abrazo, con un saludo a nuestro estilo.
¡ARRIBA ESPAÑA!
Carlos Batres
Juro ante Júpiter Óptimus Máximus y todos los dioses de la antigua Roma, incluso del extranjero, que es imposible olvidar aquella mirada de Tito, acerada, intensa…penetrante. Digámoslo en castizo, puro román paladino, Tito te miraba y te cagabas.
Al margen de bromas, Tito ha dejado en mí, el recuerdo del hombre firme, austero, íntegro, del hombre sacrificado a una causa que era carne de su corazón.
Siento en el alma no poder estar hoy con vosotros en la Concha de Artedo, compartiendo estos momentos que después se hacen inolvidables.
No hará ni dos semanas, estaba tomando unas cañas con “Piru” recordando anécdotas de Asturias, que por supuesto recordaremos una y otra vez, mil veces mil. Qué decir, cuando te encuentras con Gustavo u otros camaradas y parece que estamos todos muchos años más jóvenes, más guapos, más fuertes y la velada vuelve al Mar Cantábrico.
Hoy día, cuando nos juntamos viejos camaradas, recordamos con la nostalgia de los años todas aquellas anécdotas que vivimos en La Concha de Artedo y que forman parte íntima de nuestra vida. En este mismo instante, me vienen a la mente un tropel de ellas. Dicen que es mala la nostalgia, pero si me hace sentir, me cala y me empapa, ¿ cómo puede ser mala?. Recordar es vivir dos veces.
Camarada Tito, quisiera tenderte de nuevo mi mano y desearte otra vez las buenas noches del campamento que tantas veces compartimos, como si esos tiempos nunca fueran a acabar, siendo eternos. Hoy sabemos todos, aunque entonces quizá no fuimos muy conscientes de ello, que aquel pequeño paraje, donde dejamos una parte de nuestra juventud, significó algo muy grande en nuestras vidas.
Cuando hablamos de aquel lugar a otras jóvenes generaciones, notas como ellos hubieran deseado conocer aquel sitio y aquel tiempo, donde nuestras palabras y aventuras se juntaban con la lluvia y la hierba.
Al fin y al cabo, qué más se puede pedir, que haber compartido vida y obras con buenas y nobles personas. Para mí, ha sido, es y será siempre un honor que me han hecho, regalándome el privilegio de haberles conocido.
No puedo seguir, porque la emoción ya me ha embargado. De mi parte, darle un fuerte abrazo, ese abrazo que une las almas.
Emilio Mariat
En mi nombre y en el de la Junta Nacional de La Falange (FE), quiero expresar mi más profundo agradecimiento y gratitud a nuestro camarada Tito, por su vida dedicada al nacional-sindicalismo y en especial por su alto sentido de camaradería, verdadero ejemplo para generaciones de falangistas que hemos estado a sus ordenes y que hemos pasado por aquel inolvidable campamento de “Cudillero” sin el cual no se puede entender la historia de la Falange o de las falanges, de los últimos treinta años.
Tú nos enseñaste lo que era la disciplina y el saber estar, tanto en los buenos momentos como en los malos y sólo te pido, nos perdones a quienes seguramente no hemos sabido estar a la altura de las circunstancias en estos tiempos tan delicados por los que atraviesa nuestra patria y hemos sido incapaces de articular una verdadera y fuerte alternativa falangista, sólo falangista, a este sistema caduco, monárquico y liberal que nos ha tocado en desgracia soportar.
Recibe un fuerte abrazo y el agradecimiento más sincero de aquellos quienes siempre te hemos apreciado como amigo y sobre todo como camarada.
Arriba España
Manuel Andrino Lobo
Jefe Nacional de La Falange (FE)
A mi camarada y sin embargo amigo, Tito.
En Villaluenga, Toledo a 24 de julio de 2010.
Buen día para que nos juntemos unos cuantos para darte las gracias por todo, hace 74 años asesinaban a Onésimo Redondo en Labajos, siempre hemos elegido fechas para mantener viva la memoria de los que nos precedieron en nuestra lucha. Aunque en este caso cualquier día hubiera sido perfecto, entre otras cosas porque para darte las gracias por tantas cosas, nos harían falta todos los días del año y nos faltarían fechas.
No recuerdo muy bien el día que tuve el honor de conocerte, no se si fue en alguna Asamblea de Falanges Juveniles de España, de Falange Española de las JONS, o directamente en Soncillo, en aquel albergue de verano, previo al turno campamental de Loma Riviellas. En cualquier caso, tengo la impresión de haberte conocido cuando nací, porque siempre has sido un referente para mí. Tu ejemplo, camarada, ha dejado huella en varias generaciones de falangistas que hemos aprendido e intentando serlo, teniendo siempre como cristal donde mirarse tu manera de ser y de estar.
Siempre me acuerdo cuando en una marcha por los montes de Burgos, en dirección a Puente Dei, metidos entre aquellos caminos duros de Castilla, vimos las huellas de un lobo viejo y pesado que bajaba a buscar comida fácil en aquellas casas de campo que componían pequeñas aldeas sin aldeanos. Las huellas cada vez eran mas claras y mas profundas, el lobo nos habría olido y empezaba su marcha atrás, cansado y desorientado. De repente, el lobo se dio la vuelta y se paró desafiante para enfrentarse a aquella hilera azul, de voces imperiales y paso decidido. Tú encabezabas la marcha y sin dudarlo, sacaste del morral un revolver y de un tiro certero acabaste con el lobo. Luego, ya puestos, con Antonio Martín, camarada de Villanueva de la Serena, otro ejemplo de vida, desmantelaste a un grupo de separatistas vascos que habían tomado Puente Dei, esta vez sin disparar (aunque ellos si lo hicieron), solo fue necesario el respeto que imponían vuestros bigotes y vuestros ojos clavados en el enemigo. Aquello, para los que el enfrentamiento eran cruces de bofetadas o porrazos en las calles de Madrid, era algo que como en mi caso, jamás pasaría al olvido.
Podría contar miles de anécdotas vividas contigo, en nuestra ingenua lucha política, en nuestras visitas comerciales en Galicia, en nuestras reuniones “patronales”. Siempre me he sentido a tu lado aunque hayan pasado años sin vernos, siempre he tenido la sensación de no haber estado a la altura de las circunstancias y no haber correspondido con todo lo que me has dado, siempre me he sentido en deuda contigo y con María Luisa, esa mujer que nos ponía con los pies en la tierra cada vez que nuestra imaginación nos llevaba a la utopía, sin medias tintas, solo había que verle la cara para darnos cuenta que había que ponerse a cubierto porque la batería de verdades incontestables estaba a punto de dispararse con la misma tranquilidad que cocinaba para trescientos acampados.
Os hecho de menos, mis aventuras en todos los sentidos no han acabado conmigo, pero me han dejado muy tocado, he vuelto a empezar muchas cosas y he dejado poca huella en mi camino, pero he aprendido, quizás tarde, a valorar a mis amigos, ahora que escasean, siguiendo una táctica necesaria, la de cuantificar, no lo que no me han dado, sino lo que yo no os he dado a vosotros. Como también he aprendido a esperar poco de Dios y a cambio ofrecerle todo lo que pueda, aunque algunas veces solo sea una oración.
Posiblemente si volviera a nacer, cometería los mismos errores que he cometido en mi vida, pero solo por volver a encontrarme con vosotros, merecería la pena repetir lo vivido. Solo encuentro motivos para darte las gracias.
Y como diría la orden del día en el acto de arriar las banderas, Campamento Nacional Juvenil Loma Riviellas, Concha de Artedo, Cudillero, Asturias, España, Artículo único Mañana regirá el horario habitual de un día de faena.
En la Concha de Artedo a 24 de julio de 2010, firmado el Jefe de Campamento, FIRMES, Alfonso Fernández del Rey
¡Arriba España!
Un fuerte abrazo amigo, hermano, maestro y camarada, rezo por ti
Jesús López, aprendiz de falangista y español
Querido Tito:
Somos hombres de fe. Por eso, muchas veces, nuestra causa es como el mito de Sísifo: un hombre que sube una piedra a lo alto de una montaña, la piedra cae y vuelta a empezar. Los estúpidos hablarán de inutilidad, nosotros sabemos que hay una grandeza inmensa en esa persona trascendente cuando vuelve a bajar para iniciar de nuevo la subida empujando la roca, una y otra vez.
Nuestra causa, además, me permitió conocerte, saber de ti y del sueño hecho realidad que representaba esa república de los camaradas de lona donde tantos sueños salieron de las brumas de las ilusiones para pasar a la forja de la realidad. Tuviste un sueño y lo has transmitido, sales hasta en el cancionero de OJE y estás presente cada día en las oraciones que elevamos al Padre Eterno.
Eres un hombre renacentista: músico de los Archiduques, trabajador, soldado, marido, padre y jefe; español por asturiano, un hombre azul como el mar en la concha de Artedo. Tu descripción podría corresponder a un personaje de Guareschi pero eres, como escribió Schopenhauer de los españoles, un hombre increíble y sin embargo real.
Nosotros sabemos que esto es un hasta luego. Pon arriba tus ojos, siempre arriba. Te quiere tu camarada que se cubrió contigo de azul español.
No estás solo, camarada, arriba España.
Gustavo Morales
Ciudadano del campamento Loma Rivielles, concha de Artedo, Cudillero, Asturias, España.
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