Un sondeo otorga a Le Pen el 17% de la intención de voto en Francia
El 17% de los franceses votaría al ultraderechista Jean-Marie Le Pen en las elecciones presidenciales de la próxima primavera si se celebraran hoy, según un sondeo de CSA. Realizado sobre una muestra de 1.002 personas, sitúa en primer lugar a la candidata socialista, Ségolène Royal, con un 32% de intención de voto, seguida por el ministro del Interior y presidente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Nicolas Sarkozy, con un 29%.
El sondeo, publicado ayer por Le Monde, señala que el 27% de los encuestados se abstendría o votaría en blanco.
La encuesta pone en evidencia lo que los analistas venían advirtiendo desde hace meses: el líder del Frente Nacional (FN) vuela en la misma dirección y con idéntica soltura que en 2002 hacia la situación que le permitió entonces desbancar al candidato socialista Lionel Jospin en la primera vuelta y disputar la segunda a Jacques Chirac. Con una diferencia notable: entonces, en noviembre de 2001, las encuestas sólo le daban un 9%, lo que no le impidió hacerse con el 16,8% de los sufragios el 21 de abril de 2002 y, dos semanas más tarde, con el 18,04%. Algunos analistas matizan, sin embargo, que la única novedad es que el votante del FN ahora no lo esconde a los encuestadores.
Mientras, la derecha gubernamental se desgarra en luchas internas. La presión de los fieles chiraquistas contra la candidatura de Sarkozy, que no debiera tener ningún problema para ser elegido en enero por los militantes de la UMP, que le apoyan mayoritariamente, ha dado sus frutos. El plazo para la presentación de candidatos se ha ampliado hasta el 31 de diciembre y, aunque lejos de los ejemplares debates que protagonizaron los aspirantes socialistas, los conservadores también organizarán "debates temáticos" a nivel regional de aquí al 14 de enero, cuando están llamados a pronunciarse los 300.000 militantes de la UMP.
Sarkozy invitó ayer a quienes han puesto en duda su candidatura (el primer ministro, Dominique de Villepin, y la titular de Defensa, Michèle Alliot-Marie), a presentarse si "tienen algo que decir". El primero guarda silencio, mientras que la segunda no deshojará la margarita hasta el último momento. El ministro del Interior, por su parte, indicó que anunciará la semana próxima sus intenciones y el contenido de su propuesta. La cuestión que preocupa a Sarkozy es cómo anunciará su candidatura; ¿un mensaje a los militantes ¿una presentación en televisión?
Los sondeos le siguen siendo favorables y le dan el apoyo de hasta un 77% de los militantes de la UMP, mientras que Alliot-Marie se queda en un 17% y Villepin, con un 6%. Sin embargo, desde la eclosión de Royal, tanto en los círculos gubernamentales como en determinados sectores de la UMP han crecido las dudas sobre su capacidad de enfrentarse con éxito a la candidata socialista. Algunos analistas incluso apuntan la posibilidad de que el fenómeno de 2002 se repita pero con los colores cambiados: en lugar de Le Pen contra Chirac, la segunda vuelta enfrentaría al líder ultraderechista con Ségolène Royal.
Para ser candidato a la presidencia hay que reunir las firmas de 500 cargos públicos, básicamente alcaldes. De la misma manera que los socialistas se han conjurado para no prestar firmas a pequeños partidos y evitar cometer el mismo error que en 2002 llevó a la dispersión del voto de izquierdas, la derecha gubernamental presiona a sus cuadros para intentar evitar que Le Pen consiga el medio millar de firmas. El líder del Frente Nacional clama contra esta "injusticia", señal de que podría darse esta situación. La encuesta de Le Monde prevé esta posibilidad y otorga un 37% de intención de voto a Royal y otro tanto a Sarkozy que, curiosamente, se mostró partidario de que Le Pen obtenga las firmas para que "una parte de los franceses" puedan expresarse.
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