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La memoria de la Otra Europa

Ante Gotovina, el último condottiero croata por José Luis Orella

Ante Gotovina, el último condottiero croata por José Luis Orella

Hace unas semanas era detenido en Canarias el general croata, Ante Gotovina, acusado por el tribunal internacional de La Haya de crímenes de guerra. Sin embargo, en su país se manifestaron más de 60.000 personas en defensa del héroe de la guerra de independencia, y ha recibido en su recinto carcelario, más de 100.000 cartas de felicitación de Navidad. Pero, ¿Quién es, Ante Gotovina?.

El general croata nació el 12 de octubre de 1955, en la isla de Pasman, cerca de Zadar, en la república de Croacia, entonces perteneciente a la República Federal Socialista de Yugoslavia. Se exilió a los 18 años a Francia, huyendo del comunismo, donde se enroló en Marsella, en la Legión Extranjera Francesa, bajo el nombre de Ivan Grabovac. Permaneció cinco años sirviendo en el 2º REP (la mejor unidad de elite gala), con base en Calvi (Córcega), participando en numerosas misiones en África. A las órdenes del coronel Philippe Erulin, fue uno de los que saltaron sobre Kolwezi (antiguo Zaire), en 1978, para salvar a la población civil europea de la guerrilla rebelde. Tras su licenciamiento al año siguiente, y la obtención de la nacionalidad francesa, fundó una compañía de seguridad, la compañía KO internacional, filial de la VHP Security. Esta compañía prestó sus servicios de seguridad y escolta a los dirigentes gaullistas de la región de d´Aix-en-Provence. También colaboró en dar cursos de formación de seguridad en Guatemala, Colombia y Argentina. No obstante, en junio de 1991 retornaba a Croacia, su patria de origen.

Croacia se acababa de independizar, e iba a sufrir una terrible guerra por parte del antiguo ejército comunista yugoslavo. Los croatas, con milicias ciudadanas, no eran rival para los militares profesionales servios. Ante Gotovina, por su experiencia militar en una unidad de elite, fue incorporado como jefe de operaciones y entrenamiento de la 1ª brigada de la Zbor Narodne Garde (Cuerpo de la Guardia Nacional). Entretanto, se producía el asedio de la ciudad de Vukovar, en la eslavonia oriental, en las orillas del Danubio, y limítrofe con la república Servia . La ciudad, de 50.000 habitantes (50% croatas, 30% servios y 15% húngaros) fue asediada y destruida, con la pérdida de 1.500 de sus 5.000 defensores. Pero la pérdida de la ciudad significó el inicio del rearme moral croata y la imposibilidad servia de llegar a Zagreb.

Al mismo tiempo, los servios de Croacia, residentes en la Krajina, un territorio que abarcaba los municipios de Benkovac, Knin, Obrovac, Gracac, Donji Lapac y Korenica. Un 13% del territorio croata, con el 4% de la población total, unos 195.000 habitantes, de los que 147.000 eran servios, proclamaban la secesión de la República Servia de Krajina, con capital en Knin. Este territorio limítrofe con Bosnia, podía unirse con sus hermanos de etnia y recrear una Gran Servia, que abarcase a los servios de Bosnia, junto con las repúblicas de Servia y Montenegro. Entretanto, la necesidad de mandos profesionales catapultó la carrera militar del “francés”. Ante Gotovina fue ayudante del comandante de la unidad especial del ejército croata, el Hrvatska Vojsta, y después, fue asignado al Consejo de Defensa Croata (Hrvatsko Vijece Obrane). El 9 de octubre de 1992, se le nombraba responsable del distrito militar de Split. Y el 30 de mayo de 1994, fue promovido al rango de Mayor General, convirtiéndose en agosto, en Coronel General.

Pero la fama le llegaría en 1995, cuando se le confirió la responsabilidad de la operación ”Tormenta”. Una operación “Blitzkrieg” aire-tierra que contó con 150.000 hombres, procedentes del recién formado ejército croata, milicia ciudadana y formaciones de la policía. La operación se inició el 4 de agosto y finalizó tres días después, aunque las labores de limpieza duraron hasta el 15 de noviembre. En la reconquista meteórica del territorio rebelde, la población servia huyó a territorio servo-bosnio (150.000 personas) y se contabilizó la pérdida de 150 civiles en la venganza posterior, aunque sólo haya datos específicos de 32 de ellos. La recuperación del territorio perdido, se había podido hacer, gracias al material blindado y aeronáutico procedente de la ayuda militar de EEUU y Alemania. El entonces, héroe militar, fue el máximo responsable militar de la zona, pero sin un control directo del comportamiento de sus hombres. Sin embargo, el asesinato de los civiles servios le sería atribuido, por la omisión en la ayuda a la población civil servia. Los desmanes producidos por las tropas croatas, insignificantes, si se comparan con lo sucedido en Vukovar o en el territorio bosnio, sirvieron para crear una espiral de miedo que produjo la salida masiva de la población civil servia hacia Bosnia-Herzegovina. El éxito completo en la limpieza étnica, sólo comparable a la realizada por turcos y griegos en el inicio del siglo XX, fue resultado de la propia propaganda servia.

Croacia había sido independiente, únicamente en la Segunda Guerra Mundial, cuando la Yugoslavia artificial, surgida de la Primera Guerra Mundial, se desmenuzó ante la invasión militar alemana. Ante Pavelic, líder del movimiento Ustacha, un partido católico fascista, configuró el primer Estado Croata, que fue aliado del Tercer Reich. En la guerra mundial, los ustachas participaron en una cruenta guerra civil, contra partisanos comunistas y chetniks nacionalistas servios. En una guerra a tres bandas, donde, como en todas las guerras civiles, se procuraba no hacer prisioneros. Al final de la guerra mundial, entregados por el ejército británico, 200.000 militares y civiles croatas fueron asesinados por las tropas de Tito. Durante el período comunista de la renacida Yugoslavia, se transmitió a la población los crímenes causados por los ustachas. Cuando en 1991, se independizó Croacia y Eslovenia, la propaganda servia incentivo la comparación de la nueva Croacia con su antecesora, y de la reacción “neoustacha”. Por eso, la llegada de las tropas croatas, con ganas de revancha, provocó un pánico mayor a lo esperado, en la población servia, que creía venir llegar a unas hordas demoníacas, fruto de su propaganda.
En cuanto a Ante Gotovina, se convirtió en un héroe militar, y fue muy apreciado por el presidente de la república, el general Franjo Tudjman. No obstante, la muerte en 1999 del carismático líder croata, traerá el fin de la protección de Gotovina. En el 2001, el Tribunal Penal Internacional pedía su cabeza a las autoridades croatas. El general conseguía, sin problemas, dos meses después de la orden, la renovación del pasaporte en la embajada francesa y volvía a instalarse en el sudeste francés. Después, volvía a desaparecer, recorriendo diferentes partes del mundo, hasta su detención final en Canarias. Era el precio de la integración del bello país adriático en la Unión Europea. Croacia no podía integrarse en la Unión Europea, sin la entrega de un hombre, que había pasado por ser uno de los tres más buscados de la antigua Yugoslavia. Las autoridades croatas pensaron que la entrega del último condottiero, era poco precio, a cambio de facilitar la labor de integración del país adriático en la rica Europa. En definitiva, la nueva era de paz, resultaba incompatible con la libertad de uno de los últimos señores de la guerra.

Fuente: Revista Arbil

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